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Albert Serra (Bañolas, 1975) es, por su película Tardes de soledad, el exultante ganador del Premio EL MUNDO de Tauromaquia 2024. Serra ha conseguido «reflejar la esencia de tauromaquia sin filtros, exaltar su ética y resaltar los valores que la componen y sostienen su vigencia el siglo XXI como un espectáculo único en el mundo que es cultura e historia de España». Bajo esta argumentación, el periódico EL MUNDO, comprometido editorialmente con la fiesta taurina y su defensa dentro de una sociedad libre y plural como la española, reconoce en Tardes de Soledad, más allá de su valía como obra maestra cinematográfica, la riqueza y la fuerza de este arte atávico que es la fiesta de los toros.
EL MUNDO recupera así con máximo esplendor su codiciado galardón taurino, que será entregado a Serra el próximo 6 de febrero en la Monumental de las Ventas durante la gran gala de presentación de los carteles de la feria de San Isidro 2025 que organiza Plaza 1. Telemadrid retransmitirá en directo el evento que congrega a todo el mundo del toreo en Madrid, máximas figuras de la torería andante y del escalafón ganadero.
Albert Serra, ganador de la Concha de Oro, sucede en el palmarés de premios taurinos de EL MUNDO a Roca Rey -precisamente protagonista y héroe de Tardes de soledad-, a José Tomás -cuatro veces vencedor del por entonces trofeo Paquiro-, a Morante, Vargas Llosa o al poeta catalán Pere Gimferrer, entre otros.
Serra recibe en Madrid la noticia del Premio EL MUNDO de Tauromaquia feliz y honrado: «Es un motivo doble de alegría en el sentido de que, en alguna manera, la película ha podido beneficiar a la Tauromaquia actualmente. Siempre había una idea en positivo. No pierdo mi tiempo en hacer una película en negativo para criticar algo. Si me interesé, es porque hay un motivo de fascinación. La tauromaquia se muestra como no se había hecho nunca antes con el deseo de que todos los elementos estén lo más equilibrados posible». Tardes de soledad, reconocida internacionalmente en los festivales de Nueva York o Montreal, exhibe la fiesta brava de un modo crudo, cruento, por qué no, tal y cómo es sin el celofán del arte. El plano cerrado, pero a la vez amplificador, del compromiso ético del hombre frente a la bestia, del matador ante el toro.
-La película no está al servicio de nada pero, sin embargo, resalta constantemente lo que usted llama la ética implacable del torero.
-Está a servicio de su propia verdad, es decir, de lo que las imágenes reflejan, no la película. Esto daría para un debate muy largo, porque realmente en el montaje, como te puedes imaginar, disponíamos de muchas horas [más de 700] de material bruto. En este caso mi obsesión consistía un poco en que todos los elementos que configuran la fiesta, el acto de la tauromaquia en la plaza, estuvieran representados. Y esto va desde lo espiritual, hasta el compromiso ético, hasta el humor, hasta un poco el fanatismo, la exageración, lo irónico, el arte de toreo, el triunfo y el fracaso, el drama... Hay muchos elementos que estaban allí y que yo quería que estuvieran. Que estuvieran dentro de un equilibrio y un balance».
Tardes de soledad no deja a nadie indiferente, pero resulta llamativo que la cuestión animalista, la polémica, digamos, se ha dado más en España que en su exitoso recorrido internacional. Algo extraño que también extraña al propio Serra: «No lo entiendo yo tampoco. Hemos pasado por Estados Unidos, por Canadá y ahora voy a Japón. Es lo antropológico lo que prima desde el exterior. No me digas por qué, pero esto, como no es suyo, no es un debate. Ellos están viendo como un ritual que pasa en un sitio en el que ya ha pasado toda la vida. Tampoco le dan mucha importancia porque lo tienen sabido y visto. Con los Sanfermines todo el mundo sabe, más o menos, de lo que estamos hablando, una cosa que ha sucedido siempre».
El entusiasmo por la película de Serra condujo a este periodista solicitar para Tardes de soledad el Premio Nacional de Tauromaquia ahora cancelado por el ministro de Cultura Ernst Urtasun: «¿Qué les da tanto poder para hacer y deshacer de cosas que tienen una tradición cuando van a durar en el cargo tres días? Urtasun en cuatro días no estará. Es ridículo. Me parece errático incluso para alguien que puede entender que tenga que escupir. Pero esto de ir esto de irlo menospreciando, sin atreverse realmente a prohibirlo, es algo pequeño». Su discurso versa sobre la tolerancia y la libertad, el respeto a las minorías -en el caso de serlo el toreo- y la diversidad cultural. Y esto también lleva premio.
Serra se muestra feliz con nuestro galardón, a falta de la resurrección del Nacional. De algún modo lo es. Por reflejar la fiesta tal como es, con su dureza y, a la vez, con su épica. Por resaltar la «ética implacable del torero». Por situar en la vanguardia y en la modernidad un rito ancestral que, antes que arte, es una lucha atávica entre el hombre y el toro, el frágil equilibrio de la vida y la muerte siempre presente. Como muestra Tardes de soledad.
El imbatible palmarés del Premio EL MUNDO de Tauromaquia
Castella inauguró en 2006 el premio de Tauromaquia de ELMUNDO, por entonces El Paquiro de El Cultural como símbolo de la internacionalidad del toreo. Un año más tarde, la reaparición de José Tomás en Barcelona le valió su primer galardón. Llegarían después para él otros tres más: uno por el doble y apoteósico regreso a Madrid en 2008; otro su reaparición en Valencia en 2011 tras volver de la muerte en Aguascalientes; y el último por la histórica mañana en solitario de Nimes, en 2012. Morante fue premiado por su hito a la verónica en Madrid en 2009, y Vargas Llosa y Pere Gimferrer por su defensa del toreo ante el liberticidio catalán. Ponce y la Junta de Administración de Bilbao como binomio perfecto. Perera fue amo y señor de la temporada 2014. Y Roca Rey ganó el último por su arrolladora irrupción en 2018.